Cuando les comento a mis amigos españoles que toda la vida, que yo recuerde, hemos comido lengua de vaca, manifiestan un inevitable rechazo a la idea. En dos o tres oportunidades he presentado este exquisito manjar en forma anónima (cual Anibal Lecter) a paladares no acostumbrados, e indefectiblemente TODOS lo que lo comieron manifestaron su aprobación. Cuando me preguntaban qué era, les decía siempre la verdad: "carne de ternera". En alguna oportunidad, alguno quizo profundizar preguntando "¿pero qué parte?". Y como creo que una pregunta directa merece una respuesta directa no tuve mas remedio que decirle "lengua" (podría haberle dicho "eso no te lo voy a decir" que también es una respuesta directa).
Pués ahi va!
Metemos en una olla a presión (olla express) una hermosa lengua de vaca (como verán aquí, tuve que meter dos pequeñas lenguas de ternera) junto con un tomate, una cebolla, una cabeza de ajo, puerro, un pimiento, etc. Mas o menos cosas según les guste. Una vez que la olla empieza a largar vapor la dejamos cocinar durante 45 minutos, apagamos y dejamos enfriar sin abrir. Cuando esté fría, se saca la lengua, se pela (muy facilmente) y se corta en medallones finos.
La lengua pelada y cortada
250 cl. de aceite
250 cl. de vinagre
2 dientes de ajo picado
1/2 taza de perejil picado
3 huevos duros picados
Sal y pimieta negra
Ponemos la lengua en un recipiente cuyo tamaño sea acorde a su volumen, mezclamos el resto de los ingredientes (aceite, vinagre, ajo, perejil, los huevos duros, la sal y la pimienta) aparte y se lo echamos por encima, agitando suavemente el recipiente para que los líquidos se metan entre la carne.
Finalmente la tapamos. Si el recipiente tiene tapa bien, y si no con un film. Lo metemos en la heladera (nevera) preferentemente de un día para otro y lo servimos como entrada fría.